Mi corazón está de prisa.
En su crepúsculo hay un árbol,
En su infinito la ternura
Que no se agosta con los años.
Mi corazón está de prisa
Y aunque la herida del costado
Sangre, levanta sus banderas
Sobre los techos enlutados.
El mundo entreabre sus balcones,
Mientras cerramos nuestros párpados,
Para mediar en la agonía
De nuestro amor crucificado;
Severos cármenes de ausencia
Se han reunido a nuestro llanto
Para llorar en el silencio
De las coronas, muchos años.
Dios dispondrá de nuestras lágrimas
En su bondad y en sus arcanos,
Y escuchará mis oraciones
Desde sus parques soleados,
Y creará nuevos orientes
Para tus ojos oceánicos;
Para tu sangre y tus deseos
Cauces de luz y ritos vagos.
Ahora el tiempo se detiene
Ante tus ojos y tus manos…
!Oh los silencios en la noche
Sobre los parques plateados!
El tiempo ahora se detiene
Ante mis sueños derrotados..
!Oh los silencios sin sentido
Sobre los cármenes talados!
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