El amplio mundo
se invade de su inspiración.
Florecen las letras
frutecen los campos,
el pensamiento se aviva
se marcializan los himnos.
Los legisladores
se hacen más sensibles,
los jueces más imparciales,
los gobernantes
muestran
más recto criterio.
En silencio
y en el fluir de la cultura
indo-ibero americana,
Bolívar
nos fortalece y nutre
con sus verdades,
con sus convicciones.
Los itinerarios del padre
su maestrazgo,
han acendrado
buenas vendimias.
Abundancia,
utiles cosas
nobles proezas
que quizá no vemos
pero que sentimos
dentro del cuerpo de la patria.
Bajo su égida
hemos tenido
hoy tenemos
prohombres
de sapiencia y civilidad,
patricios ilustres,
héroes y repúblicos.
Así,
la patria bolivariana
mora en la órbita
amplia y abierta
de la historia.
Aprendemos y enseñamos,
trabajamos y crecemos.
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