Esta novia indecisa me conmueve
Con su blanco silencio de azucena,
Ni llora, ni me llama, ni se mueve
En las hondas penumbras de mi pena.
Es celeste y fugaz como la nieve
De la noche melódica y serena;
Es un sueño de un sueño dulce y leve
Que a mi vieja nostalgia se encadena.
El amor primigenio. Su fragancia.
Del corazón la novia verdadera
Como un grato recuerdo de la infancia.
Y en remotos y mágicos jardines,
Imagen de la extinta primavera
Entre un frágil adagio de violines.
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