Te pienso ahora, asi lejana,
Fresca muchacha de ababol,
Reclinada sobre el hombre de un lucero
En la casona inmensa…
Te veo en la distancia
Dibujada entre rosas de acanto,
Como a una novia griega
Que sonríe al azul del archipiélago.
Te escribo en la alegría
De pensar que mañana
Sólo estarán con nosotros
El grande amor y la verdad del alma.
Te sueño en la ternura
De besos y de lágrimas,
Que empieza la mañana de siempre
Con un preludio de campanas.
Te amo en la esperanza
Que viene de Dios mismo como un río
De inmensidad y de alegría,
De eternidades y de abismos.
Te pienso ahora y siempre estás
En mi memoria interponiendo
Tu carita de mansedumbre
Entre mi espíritu y el mundo.
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